Nadie nos preparó para ser madres o padres. Y, sin embargo, un buen día nuestros hijos llegaron a nuestros brazos. A partir de ese momento debimos estirarnos internamente para alcanzar las cualidades que aún no habíamos desarrollado. De la noche a la mañana necesitamos acceder a la ecuanimidad, tener más paciencia y comprensión, aprender a escuchar sin juicio,  acceder al amor incondicional, descubrir la compasión, desarrollar nuestro potencial, acompañar a otro ser humano en el desarrollo del Sí Mismo, romper esquemas, desprogramar creencias, ver nuestros límites y hacernos conscientes de nuestro mundo emocional, … o sea, necesitamos desarrollar las cualidades del camino del Buda. Nos embarcamos en un viaje iniciático.

Es en este viaje interior que crecemos y maduramos porque debemos enfrentarnos a nuevos retos y acceder a una versión mejorada de nosotros mismos. A este viaje se le puede llamar realización personal o búsqueda espiritual. Lo mismo da. Pero es importante tener presente que la propuesta de este curso no puede enmarcarse en la onda New Age; sino en la clásica búsqueda de la Verdad, la Bondad y la Belleza propia de la filosofía perenne. La Libertad con mayúsculas que desde Platón se nos ofrecía como un salir de la caverna, distinguir las sombras del objeto que las genera, Ver de verdad